El cordero es una carne fina de sabor fuerte. Es una carne con carácter, menos fuerte que el cordero pero más que la ternera. Requiere vinos que puedan soportar su sabor relativamente potente. Dependiendo del tipo de cordero (edad y origen), del corte elegido y de cómo se prepare, la elección de los vinos será diferente.
Edad y razas de cordero
Existen 3 tipos de corderos: los que tienen menos de 80 días y pesan menos de 12 kg, los corderos de 100 días que pesan entre 15 y 18 kg y los que tienen entre 80 y 240 días y pesan menos de 22 kg. A medida que los corderos crecen, su alimentación se diversifica y ya no se limita únicamente a la leche materna. El consumo de diferentes plantas y hierbas hará que su carne sea más colorida, más gorda y con un sabor más fuerte. Las razas más famosas son las de Pauillac, Sisteron, Mont Saint-Michel y Lubéron, donde pastan hierbas aromáticas (romero, tomillo, tomillo silvestre o mejorana), y el cordero de la Bahía, que se beneficia del aire yodado y produce una carne más fina.
Pierna de cordero
Una pierna de cordero cocinada rápidamente en el horno para mantener la carne rosada con todos sus jugos y frescura combinará perfectamente con un Syrah de Côte Rotie o Cornas. También puede preferir un tinto del Médoc o de Corbières para obtener más potencia. Si su pierna de cordero está aromatizada con hierbas aromáticas y ajo, no dude en maridarla con un tinto con carácter como Bandol o Cahors. Si opta por la tradicional pierna de cordero de las siete con carne tierna y confitada, un Borgoña con suficiente potencia pero taninos delicados, como un Pommard, irá bien con su carne.
Paletilla de cordero
Una paletilla de cordero simplemente asada o braseada al horno combina con elegancia con un Burdeos de las denominaciones Grave, Pauillac o Saint Emilion. También puede combinarla con un vino tinto del Loira elaborado con Cabernet Franc, como los de las denominaciones Saumur o Saumur Champigny. En cambio, una paletilla cocinada larga y lentamente en una cazuela, acompañada eventualmente de frutos secos, desarrollará notas confitadas, y podrá maridarla con un Pomerol todavía afrutado para un contraste armonioso, o un Côtes du Rhône con una agradable acidez.
Navarina
Este plato requiere vinos tintos frescos y afrutados que combinen riqueza y flexibilidad. La región de Languedoc ofrece una amplia gama de tintos para acompañar su navarin: Pic-Saint-Loup, Corbières o Minervois. Los Côtes du Rhône meridionales también pueden combinar muy bien con su plato, sin olvidar el Loira con su Chinon o Bourgueil.