Vino caliente: historia y tradición
Los orígenes del vino especiado
La mezcla de vino con especias se remonta a la época romana para facilitar la digestión. El vino caliente se llamaba "Conditium Paradoxum" y contenía principalmente miel, pimienta, laurel, nueces y dátiles. Estas adiciones y especias permitían conservar el vino durante más tiempo sin que se oxidara.
Fue en la Edad Media cuando esta bebida especiada se acercó más a lo que disfrutamos hoy en día Los vinos especiados se hicieron más populares en Europa, y fue en esta época cuando aparecieron nuevas especias como el clavo y la canela. Este vino caliente más dulce también se llamaba "Hypocras". Más tarde se añadieron nuevos ingredientes, como el cardamomo y los cítricos, descubiertos durante las grandes exploraciones.
Servir vino caliente especiado durante los meses de invierno tiene su origen en el norte y el este de Europa. En Francia se ha convertido en una tradición muy popular, sobre todo en los mercados navideños.
Vino caliente y tradiciones
La preparación más popular del vino caliente se hace con una base de vino tinto, al que se añaden frutas (cítricos) y especias (canela). A continuación, la bebida se calienta, pero nunca se hierve.
Como todas las tradiciones, cada país tiene su propia receta. En Suecia, el vino caliente se elabora con vino blanco, mientras que en Polonia es similar a la receta romana, con miel. Usted decide cuál le gusta más
Ingredientes del vino caliente tradicional
- 1 litro de vino tinto
- 1 naranja ecológica
- 1 limón ecológico
- 100 g de azúcar glas
- 1 rama de canela
- 1 anís estrellado
- 2 clavos
- 1 pizca de nuez moscada rallada
Servir el vino caliente
El vino caliente con especias se sirve mejor en tazas pequeñas con un toque decorativo (una rama de canela y una rodaja de naranja). Puede acompañar el vino caliente con un trozo de tarta de chocolate, galletas navideñas de canela y almendras o castañas calientes: ¡la combinación perfecta!
Truco: si guarda el vino caliente unos días en la nevera, sabrá aún mejor. Basta con recalentarlo, sin hervirlo. Ya está listo para disfrutar.
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